HARRISON, NJ –Luego de la profunda frustración por la tortuosa perdida por 4-1 ante el Inter Miami en la onceaba fecha, al New York Red Bulls no le cabía otra que tratar de cicatrizar heridas en su casa. Para ello reconstruyó sensaciones y se expandió por límites insospechados. Llevó adherida su imperiosa necesidad de triunfo junto al ramillete de voluntad a cuestas y goleó por 7-0 al LA Galaxy, entregándose por entero a la liturgia ritual del festejo.

Una goleada y tres puntos que le permiten renovar las esquirlas de fe y esperanza, que quedaron de repente algo deshilachadas luego del partido con el Inter Miami. Ahora este New York Red Bulls indescifrable domina la euforia, levanta la cabeza y ya piensa en Nashville SC, su rival del miércoles 14 de mayo en el Geodis Park.
La estructura táctica con que empezó el partido no sorprendió a nadie, porque se encontraron dos equipos que manejan escuelas sistemáticas similares. Y cuando se presentan situaciones así, circunstancias de tal naturaleza, los encuentros se tornan irremediablemente esquematizados, a menos que alguno de ellos se decida por una variante en el funcionamiento que trastoque las fibras del otro. Como sucedió en el Sports Illustrated Stadium.
De repente LA Galaxy es el mejor equipo del medio que maneja los fuera de lugar. Sabe lo que es jugar en línea y conoce cómo hacer caer al rival en la trampa del offside. Sin embargo. Así como este sistema resulta efectivo, también tiene su grado de riesgo, y allí radicó la sapiencia del estratega neoyorquino Sandro Schwarz para romper el eje defensivo galáctico.

Los toros rojos comenzaron a jugar a las pelotas largas, a las corridas permanentes por el medio y también por las bandas. Para ello tuvo jugadores veloces como Eric Maxim Choupo-Moting y Wiki Carmona, quienes supieron ganarle las espaldas de los defensores galácticos y provocar que minuto a minuto vayan cediendo. Aprovecharon la lentitud del colombiano Emiro Garces y el japonés Maya Yoshida, y lograron que los angelinos cayeran en desincronizaciones reiteradas que a la larga fueron fatales para sus intereses, y más aún terminaron goleados.
En una de esas situaciones llegó el primer gol neoyorquino. A los 7 minutos el alemán Eric Maxim Choupo-Motingaprovechó un centro del capitán Emil Forsberg para conectar un remate certero para el 1-0. A los 16 minutos aparece Emil Forsberg tras recibir un pase del zaguero panameño Omar Valencia puso el balón al ángulo izquierdo del meta John McCarthy para el 2-0.

A los 31 minutos otra vez Eric Maxim Choupo-Moting. El moreno atacante añadió un balón que quedó libre tras el pase en profundidad de Emil Forsberg luego de un error del zaguero visitante John Nelson puso el 3-0.
A los 50 minutos del complemento Emil Forsberg lograría su doblete tras un tiro libre, colocó el balón al ángulo izquierdo del meta John McCarthy para el 4-0. Luego a los 68 minutos el recién ingresado Cameron Harper le vuelve a ganar las espaldas a la defensa blanca para el 5-0, luego cuando ya parecía que el marcador se mantendría apareció el recién ingresado Dennis Gjengaar con una enorme serenidad marcó el 6-0 tras recibir un pase Wiktor Bogacz.
Y cuando el reloj marcaba 93 minutos del tiempo de reposición el zaguero japonés Miki Yamane de una extraña acción por intentar despejar el peligro convirtió en su propio arco para el 7-0 y decretó la goleada.

New York Red Bulls volvió a lo suyo. Adhiriendo su imperiosa necesidad de triunfo al ramillete de voluntad a cuestas. Una goleada a favor que le permite renovar las esquirlas de la fe y la esperanza, y pensar que los tiempos mejores, están por llegar o al menos creer que es así…