GUATEMALA –La imaginación llego a su fin ante los rostros empapados, cansados y exultantes del mexicano Oscar Rai Villa, Kevin Ruiz y Harim Enrique Quesada Gámez, autores de este gran milagro donde el brillo brotaba en la gran final del Torneo Apertura 2024, Liga Nacional de Guatemala que alzaban los flamantes campeones. La emoción apretaba los corazones del Xelajú MC bajo el cielo de la ‘Eterna Primavera’ y cubría el estadio Mario Camposeco ante un lleno total que vibraron hasta el último minuto la gran final.
Los ‘Caboneros’ se habían ido masticando su bronca de no lograr sacar un buen resultado y el partido que tenían ganado se les escapo de las manos en 10 minutos electrizantes del tiempo extra final.
El fútbol guatemalteco había alcanzado su clímax de vibración y de brutal belleza, había ratificado su condición de juego inigualable, por lo impredecible y lo dramático del final, lo sorprendente y lo espectacular que puede resultar su cambiante alternativas.
La final de la Liga Nacional de Guatemala demostró que se juega en serio, porque los jugadores dejan el alma en la cancha (a pesar de la expulsión del recién ingresado Oscar Mejía al minuto 93).
Cobán Imperial en los papeles era el favorito, el de la poca hinchada que se banco todas las desazones y todas las vicisitudes, la que lloro el drama final, la que nunca a arrió las banderas de su fervor y esperanza, que vivía su drama final.
El Club Social y Deportivo Xelajú MC era el nuevo campeón del Torneo Apertura 2024, y nadie quería razonar. Nadie perdía tiempo preguntándose como había sucedido, como una derrota que parecía inexorable se transformó de pronto en una increíble victoria. Paso porque tenía que pasar. Porque así estaba escrito en los libros de la ‘Eterna Primavera’.
Paremos por un momento en los festejos de Xelajú MC y volvamos a lo que ocurría en la gran final cuando corrían los 63 minutos del complemento Rai Villa aprovecho una falla de la zaga de Cobán Imperial y se encargó de poner el balón al fondo de las redes del meta Minor Álvarez para el 1-0 transitorio.
A los 93 minutos llego lo impensado Kevin Ruiz de un certero cabezazo puso marcador a favor de los rojos, sobre el primer palo del meta Minor Álvarez, quien descuida su arco en complicidad con la zaga. El balón se perdió al fondo de las redes muy cerca del poste derecho para el 2-0 y asegurar el alargue enloqueciendo a la multitud de fanáticos de la ‘Séptima Luna’.
Ambos cuadros igualaban en el promedio global, ambos tenían la misma oportunidad, en los últimos minutos los roces se hicieron presentes y Coban Imperial quedo consumido por los nervios.
Todo eso paso entre toda la riqueza emocional, la fantástica locura, la sublime vibración que puede alcanzar el fútbol cuando se dan partidos finales y definidos de esta manera. Los nervios son contagiosos como el buen juego, o el espíritu de lucha, o el bajo anímico, o los pelotazos a cualquier parte.
Faltaban pocos minutos para el silbato final. Xelajú MC ganaba 2-0 y cuando transcurrían los 106 minutos el recién ingresado José Longo, habilito a Harim Enrique Quesada Gámez quien remato de derecha desde el lateral izquierdo el efecto que le dio al balón salió bombeado para perderse en el fondo de las redes para decretar el 3-0, y el título.
Lo anterior no sirve, hasta las líneas precedentes hablamos de todo lo elogiable, lo atrayente, lo que emociona y atrapa, lo que ha hecho el Club Social y Deportivo Xelajú MC es para la grandeza permanente de la pasión de multitudes. ‘El Fútbol’. Ese final dramático, sorpresivo, impactante fue digno de quienes inventaron el fútbol.
Por ahora, sus hinchas de la ‘Séptima Luna’ despiertan de un sueño muy profundo, cantan y festejan su séptimo título con uno de los equipos más laureados de la historia de la Liga Nacional y no es para más…