WASHINGTON, DC –De a poquitos. Washington Spirit sigue acechando y mantiene su condición de equipo aguerrido se impuso al Bay FC logrando su clasificación a las semifinales de la NWSL. Nada más, y nada menos. Le dio vida en los últimos minutos a una tarde perfecta, puso lo que sus 19,215 espectadores querían que pongan ‘GOLES’ y decoró la tarde con un golazo de la zaguera Tara McKeown, quien le robo el esférico a la artillera Racheal Kundananji a los 86 minutos del complemento para la igualdad transitoria. ¿Cómo no van a festejar si lo hicieron en casa? ¿Qué más podían pedir?
Pero antes del análisis, antes de tamizar las cuestiones tácticas o estratégicas, emergen las imágenes, brotan las postales de esos segundos finales de éxtasis y explosión del tiempo extra, de puños al viento y locura. Y ahí estuvieron también adornando la tarde cuando la zaguera visitante Caprice Dydasco a los 96 minutos del final tras intentar despejar el peligro introdujo el balón en su propia portería y con ello el milagro del triunfo, y sellar la gran fiesta capitalina 2-1.
Y ahí está la colombiana Leicy Santos, arremolinando los brazos para que la gente de la capital no pare de soñar, señalando con el dedo a la ‘Casa Blanca’. Y ahí está el puño apretado del estratega Jonatan Giráldez con el pitazo final de la árbitro Ekaterina Koroleva, con el paso firme para ir a buscar el túnel, también estuvo ahí Trinity Rodman apunta a la banca al grito de “¡Es para la capital, es para todas!”, que tiene como destinatario al hincha que sufre, que se banco los 120 minutos.
Y ahí está todo el equipo. Y ahí está la meta Aubrey Kingsbury, golpeándose el pecho como si ya tuviera mil batallas, besando el escudo que decora su camiseta, señalando vaya uno a saber qué estrella allá en el cielo.
Y ahí va Ashley Hatch, abrazando a Makenna Morris, tranquilas como si nada hubieran hecho, cruzando la cancha como si estuviera paseando por el jardín de su casa.
Y ahí están todas, locas de la vida, saltando y riendo, listas para desparramar el carnaval de la victoria por esas calles de la capital o simplemente en el Lincoln Memorial.
¿Qué tuvo Washington Spirit para lograr esta victoria? Actitud ganadora en los últimos minutos. Quienes accedieron a la intimidad de aquel vestuario unido. Allí nació un juramento tácito: dejar la vida. Allí germinaron las decisiones trascendentes: poner todo ante Bay FC, para que llegaran físicamente a diez puntos y muy seriamente.
Esa actitud protagónica se plasmó con claridad durante el complemento. Aun equivocando los caminos, Washington Spirit quiso más, propuso más, fue a buscar, se plantó bien arriba, corrió riesgos. En fin: se la jugó y ganó.
El estratega español Jonatan Giráldez eligió la otra cara de la moneda. Puso en la cancha a cuatro defensoras: las cuatro del fondo Casey Krueger, Tara McKeown, Gabby Carle y Esme Morgan, integradas a la línea de volantes defensores con Courtney Brown, Hal Hershfelt y Heather Stainbrook. La idea era hacer el aguante y salir de contra. Pero la intención se quedó a mitad de camino por que el cuadro visitante quiso más con su tridente casi arrollador Racheal Kundananji, Asisat Oshoala y Rachel Hill dando peligro a la zaga local.
Con esta situación las capitalinas achicaron los espacios para la libertad de Trinity Rodman quien no era alimentaba por el medio sector, pero tuvo la virtud de presionar sin cometer faltas en los alrededores del área visitante. Finalmente tuvo el apoyo tras el ingreso de Leicy Santos en el complemento quien alimento el ataque recuperando el balón en el medio sector y dar a sus dos atacantes Ashley Hatch y Makenna Morris libertad y hasta cumplieron con ciertas funciones defensivas desacostumbradas, como retroceder por detrás de la línea de la pelota en su propio campo.
Si algo le faltaba a la gente del Washington Spirit para creer que la victoria era posible, se vio al minuto final con lo soñado, hasta para el más fanático de los hinchas de la capital lo sintiera, que el sueño se hizo realidad. Washington Spirit dejó atrás una barrera altísima, para su camino hacia la consagración que las pone como una de las candidatas.
Como consecuencia Bay FC perdió fuerza en la delantera, y sus ataques carecieron de orden y de mayor trabajo colectivo.
En cambio, Washington Spirit le tomó el pulso al partido. Muy bien Tara McKeown y Casey Krueger en el fondo y cuando transcurrían los 96 minutos del tiempo extra, las capitalinas buscaron el contragolpe y la posibilidad de aniquilar el partido, cuando una escapada de Trinity Rodman, por la banda derecha envió un centro la zaguera visitante Caprice Dydasco con la intención de despejar el balón lo introdujo al fondo de sus redes para el 2-1 definitivo.
Washington Spirit derrotó a Bay FC en forma justa, porque hizo un mejor trabajo, y porque descubrió que la visita volvió a mostrar una brecha abismal entre lo que expone y lo que interpreta en la NWSL. La semana empieza con fiesta en la capital, pero con un profundo drama en el Bay FC.
Pero eso, claro, será otra historia para las capitalinas. La historia que palpitará a partir del próximo sábado cuando se enfrente en el Audi Field a las campeonas defensoras NJ/NY Gotham FC en la semifinal. La historia de hoy se festeja legítimamente. Ganó porque quiso ganar. Ganó porque se jugó entera los últimos minutos. Y eso es lo mínimo que puede hacer un equipo que quiere ser protagonista…