ALEMANIA. -El seleccionado peruano de fúbol en su primer encuentro jugado en el Estadio Mewa Arena de Mainz (Alemania) cayo 2-0 frente a su similar de Alemania con dos tantos del centro delantero alemán Niclas Fullkrug del Werder Bremen de la Bundesliga alemana quien hizo doblete a los 12 y 33 minutos del primer tiempo.
Los teutones dominaron casi todo el partido hasta fallaron un penal por ejecutado por Kai Havertz jugador del Chelsea de la Liga Premier Inglesa. El guardameta peruano Pedro Gallese salvó su valla de ser goleada en un partido pésimo que no ocurría hace tiempo.
¡Aburrido y malo!
ESPANA. -Los seleccionados de Marruecos y Perú jugaron uno de los peores partidos de su historia. Empataron en todo: fútbol (0-0), patadas, agresiones, tarjetas rojas.
Es la frase que cae redonda para definir a un partido de cero goles, jugado sin contundencia, solidez y potencia ofensiva.
Marruecos y Perú compartieron el perfil bajo y la ineficiencia de un fútbol amarrado, tedioso, conservador, destructor y hasta malero.
Jugaron sin alma, sin vigor, sin fiereza. Jugaron sin la honra que deben mostrar aquéllos que viven y vibran cada segundo de su vida con la gloria de los “Leones del Atlas” y la “Bicolor”.
Se pensaba que la gente peruana, por estar en el estadio Civitas Metropolitano de Madrid, España, muy juntos a su pueblo, donde el calor y el cariño no les separaba más que el aire del ambiente.
Uno suele decir que en los amistosos oficiales de la FIFA no valen los planteamientos y la pizarra, que en vez de ello predominan otros valores como la garra, el temple, el coraje, la valentía, la viveza, el orgullo, la picardía… ¿Vimos eso? No.
¿Y entonces qué partido espectamos? Uno más del montón, uno de aquéllos que van en decadencia.
Y así nunca podremos salir vibrando del estadio y hablando lo bien del fútbol cuando la verdad es que estamos todavía en un desesperante letargo.
Aquí viene entonces la definición y la conclusión: Se jugó un partido de mala calidad, trabado, con demasiadas imprecisiones y muchos golpes bajos.
Las expulsiones a los 77 minutos del complemento de Carlos Zambrano por Perú y Sofiane Boufal de Marruecos (por agresión mutua), reflejan que la atención estuvo en el lado vedado y no en los goles, como debería ser en la concepción usual de un encuentro.
Perú no puede jugar de esa manera y más aún cuando de por medio está un trabajo de semana.
Desorden total. Y lo peor de todo, sin cobertura, sin visión para recuperar el balón.
Andy Polo, Miguel Trauco y Yosimar Yotun distantes, esperando el pase largo porque de la zona media nunca tuvieron el apoyo esperado.Anderson Santamaria y Gianluca Lapadula no pudieron sincronizar jugadas de riesgo y menos achicar el espacio de los marroquís que desde atrás pugnaban por armar sus líneas.
