LAS VEGAS, NV -Kansas City Chiefs logro su cuarto Super Bowl en su historia como franquicia, los nuevos campeones se convirtieron en ganar el bicampeonato desde que los New England Patriots lo hicieran el 2003-2004 rompiendo la sequia mas larga en la historia de la NFL.
Los Chiefs también se convirtieron en la cuarta organización en ganar tres Super Bowls en un lapso de cinco años, uniéndose a los Pats, los Dallas Cowboys y los Pittsburgh Steelers.
La desgarradora derrota de los 49ers es la tercera derrota de la franquicia en ocho intentos, y las tres derrotas se produjeron en sus apariciones más recientes.
El título del Super Bowl LVIII, confirmaron al Mariscal de Campo Patrick Mahomes como el 3 veces campeon del Super Bowl, 3 veces MVP del Super Bowl y el jugador mas valioso de la final del Super Bowl LVIII. Mas allá del triunfo ante los 49ers de San Francisco por 25-22, este Kansas City Chiefs ha sido jerarquía, orden, astucia, contundencia. Y merece lo que tiene. Ya está.
Es el Campeón de la NFL. Finalmente bicampeón, como le gusta al entrenador Andy Reid y a sus jugadores. Irrebatiblemente campeón, en esta fiesta rara de allá abajo, con los Jefes abrazados al título cerca de un área y los 49ers de San Francisco abrazados al minuto final, cerca de la otra. Campeón. Por la consecuencia en el trabajo y esas banderas rojas que ahora se agitan olvidando lo inmediato para quedarse con lo profundo del trofeo Vince Lombardi.
Por tener una Mariscal de Campo Patrick Mahomes, al Ala Cerrada Travis Kelce (pareja de la cantante Taylor Swift), y los Corredores estelares Isiah Pacheco y Christian McCaffrey por tenerlos tantas veces más allá de estos 75 minutos para finalizar con un pase corto para Mecole Hardman para que se metiera a la zona de anotacion para sentenciar el marcador final 25-22 en el Coloso del Allegiant Stadium.
Por las convicciones de Reid y sus decisiones. Por la capacidad probada para aprovechar ventajas y disimular desventajas, cualidad que resultó sostén de su titulo y de sus triunfos cuando dejo en el camino a los Buffalo Bills y los Baltimore Ravens en la clasificación. Por todo y la pasión, volaron a Las Vegas los colores de estos tiempos. El Rojo. El blanco. Y tronaron los gritos también, y los cantos, apagados un rato frente a la gracia y la contundencia del rival de turno como los 49ers de San Francisco. El final fue toda magia. Este triunfo no podía cuestionar tantas victorias.
Mientras que los 49ers sepultó la última pizca de su propia esperanza en la tercera derrota de la franquicia en ocho intentos y coronó a su nuevo adversario, antes de empezar. Sepultó el partido que iba a jugarse, también, porque el football tiene códigos, parámetros: a más dificultad, más euforia; a más dolor o sufrimiento, más alegría. Los jugadores, la gente y algo mas…
Este campeonato tenía dueño, Los Kansas City Chiefs y lo alcanzo con toda naturalidad, los hechos del domingo 11 de febrero lo avalaron crudamente: Los 49ers jugando los peores ratos de los últimos seis minutos del 4to cuarto, superado, sin gozar ni un retazo de la suerte que supo acompañarlo con frecuencia, igual terminó copando el Coloso de Allegiant Stadium de rojo. Y así lloró, aparentemente humillado por un resultado que atacaba su orgullo, y su destino. Y así, impotente como nunca para covertir.
Y así, atrapado por la fuerza y la dinámica y magia del Mariscal de Campo Mahomes… Y así penó, a la larga. Nada puso, como es costumbre, en peligro su objetivo. Nada. Ni este cachetazo que le pintó un rubor en la mejilla de fuego en el ultimo cuarto.
Por un rato, no más. La fiesta no fue entera, le faltaron sorpresa y adrenalina. También brillo, hasta llegar al dominio nítido en el football estadounidense “NFL” con argumentos que no parecen inabordables: lógica, orden, responsabilidades repartidas, solidaridad y sentido común.
Sin desbordes, sin exageración, con algo de frialdad desde la prolijidad más absoluta, con la fiesta de la gente, su calor, su corazón como bandera, los fuegos y la magia del Kansas City Chiefs se calzó ante el 49ers de San Francisco la corona de bicampeón indiscutido…
