ORLANDO, FL. -DC United le ganó categóricamente a Orlando City en su casa. Nada más, nada menos. Le dio vida a una noche perfecta: revirtió el resultado, puso lo que su gente siempre quiere que ponga y decoró la noche con el gol tempranero de Taxiarchis Fountas quien abrió la puerta de la victoria a los 15 minutos del primer tiempo. ¿Cómo no van a festejar? ¿Qué más podían pedir?
Pero antes del análisis, antes de tamizar las cuestiones tácticas o estratégicas, emergen las imágenes, brotan las postales de esos segundos finales de éxtasis y explosión, de puños al viento y locura. Y ahí está el goleador Christian Benteke con el milagro del triunfo, acomodando la pelota frente a un tumulto de defensores y bien abajo, lejos del meta peruano Pedro Gallese, para sellar la gran fiesta.
Y ahí está Pedro Santos, arremolinando los brazos para que la gente capitalina no pare de soñar, señalando con el dedo a la capital. Y ahí está el puño apretado de Wayne Rooney con el pitazo final del árbitro Lukasz Szpala, el paso firme para ir a buscar el túnel, el abrazo imprevisto y emotivo con Donovan Pines, otra vez la caminata y la mano que apunta a la banca al grito de “¡Es para la capital, es para todos!”, que tiene como destinatario al hincha que sufre.
Y ahí está todo el equipo, con la camiseta negra y roja como sus ojos que lloran, que lloran sin parar “porque ese cierre con el gol de Pines nos hizo soñar otra vez”.
Y ahí está Tyler Miller, golpeándose el pecho como si ya tuviera mil batallas, besando el escudo que decora su camiseta, señalando vaya uno a saber qué estrella allá en el cielo.
Y ahí va Andy Najar, abrazado a Lewis O’Brien, tranquilo como si nada hubiera hecho, cruzando la cancha como si estuviera paseando por el jardín de su casa. Como si nada hubiera hecho.
Y ahí están todos, locos de la vida, saltando y riendo, aguardando los 96 minutos para salir, listos y desparramar el carnaval de la victoria por esas calles de la “Ciudad de Luz” y corazones encendidos, que no dormirán.
¿Qué tuvo DC United para lograr dos victorias consecutivas lejos de casa? Actitud ganadora. Quienes accedieron a la intimidad de aquel vestuario de la última derrota en casa ante el Columbus Crew, todavía comentan la calentura que gobernaba a todos. Allí nació un juramento tácito: dejar la vida. Allí germinaron las decisiones trascendentes: poner todo ante CF Montreal en Canadá, para que llegaran físicamente diez puntos a Orlando en Florida, muy seriamente
Esa actitud protagónica se plasmó con claridad durante los noventa y seis minutos. Aun equivocando los caminos, DC United quiso, propuso, fue a buscar, se plantó bien arriba, corrió riesgos. En fin: se la jugó.
El estratega colombiano Oscar Pareja eligió la otra cara de la moneda. Puso en la cancha a siete defensores: los tres del fondo más Iván Angulo, Cesar Araujo, Mauricio Pereyra y Gastón González, integrados a la línea de volantes. La idea era hacer el aguante y salir de contra. Pero la intención se quedó a mitad de camino. Achicó espacios en su propio sector y tuvo la virtud de presionar sin cometer faltas en los alrededores del área, pero tuvo demasiadas intermitencias en la segunda parte del libreto. Porque Facundo Torres, Martin Ojeda y Duncan McGuire quedaron muy aislados del bloque de contención y hasta cumplieron con ciertas funciones defensivas desacostumbradas, como retroceder por detrás de la línea de la pelota en su propio campo.
DC United tuvo que intentar el desequilibrio en una cancha superpoblada y no siempre tuvo la lucidez para hacerlo. Sí cuando la pelota pasó por Mateusz Klich, en el que soltó toda su sabiduría en el complemento. Sí cuando Pedro Santos se lanzó por la derecha. Sí cuando Ruan-sereno como un veterano- aceitaba los circuitos con precisión en las entregas y cambio de ritmo.
Orlando City pareció cerrar muy bien el negocio en el primer tiempo tras el empate de McGuire a los 23 minutos. Es más: tuvo chances para que le cerrara mejor todavía, ya que en los últimos diez minutos tuvo tres o cuatro salidas en contraataque que no prosperaron por imprecisiones de González en el penúltimo toque, ese que debía dejar en posición de gol a Ojeda, siempre vivo para ganar espaldas por la franja derecha.
En el complemento los dos ajustaron sus fichas de la actitud ganadora. DC United y la búsqueda a todo o nada Orlando City y la espera en complicidad con el reloj. Era una pulseada áspera, vibrante, por momentos estremecedora.
Y la empezó a ganar DC United a los 52 minutos. Un córner ejecutado por Mateusz Klich puso el balón dentro del área chica y Donovan Pines hizo una pausa por la izquierda y la puso de cabeza envenenada al segundo palo lejos del meta peruano Gallese para el 2 a 1 transitorio.
Si algo le faltaba a la gente del DC United para creer que la victoria holgada era posible, el estratega Rooney, mandó a la cancha a Andy Najar. Cuando el defensor pisó el césped tras saludar a Ruan, la esperanza estalló en un grito comparable. Se movió los cimientos del Exploria Stadium. Literalmente. Y esa vibración pareció darle al equipo el impulso final.
Inventó Víctor Palsson por la izquierda y también inventó Christian Benteke a los 62 minutos ante un tumulto de defensores, bajo el balón lo acomodó sobre la derecha y de media bolea puso el esférico al fondo de las redes del meta Gallese con inmensa categoría para el 3 a 1 definitivo.
Orlando City ya no podía, se había diluido con el tercer tanto en contra. A esa altura, ya lo gobernaba la impotencia.
Al minuto final tal vez lo haya soñado el más fanático de los hinchas capitalinos. Pero el sueño se hizo realidad dos victorias fuera de casa. DC United dejó atrás una barrera altísima, pero en su camino hacia la consagración le esperan otras dificultades. Por ejemplo, Richmond Kickers por la US Open Cup este miércoles en casa, y también con la dificultad adicional de jugar la décima fecha ante el complicado Charlotte FC. Pero eso, claro, será otra historia. La historia que palpitará a partir de mañana. La historia de hoy se festeja legítimamente. Ganó porque quiso ganar. Ganó porque se jugó entero. Y eso es lo mínimo que puede hacer un equipo que quiere volver a ser campeón…
