GUADALUPE, NL -El espectáculo más maravilloso del mundo suele ser la pasión más maravillosa del mundo. Cuando se reúnen coraje, voluntad, ambición, valentía, audacia, orgullo, franqueza, esfuerzo, decisión y afecto más lealtad por el juego, el fútbol encuentra su máxima expresión.
Esa clase de partido ofrecieron Columbus Crew y CF Monterrey ante 53,500 espectadores en el estadio BBVA. Con un cierre impresionante, emocionante. Muy emocionante de las semifinales de la Copa de Campeones CONCACAF 2024. Parecía que el circunstancial 2 a 1 ya estaba sellado, dentro de un ida y vuelta apasionante. Pero Columbus Crew tenía al canadiense Jacen Russell-Rowe, quien a los 89 minutos del final liquidó el pleito con un remate fulminante al lado izquierdo del meta argentino Esteban Andrada.
El equipo estadounidense fue capaz de superar cualquier tipo de objeciones. Hubo química adentro, hubo tensión adentro. Y hubo reconocimiento afuera. Por encima de la explosiva alegría y de las profundas tristezas a pesar de ir perdiendo tras el autogol del zaguero ucraniano Yevgen Cheberko a los 11 minutos de iniciado el partido.
Los mitos señalan que cuando un equipo se enfrenta a otro candidato para clasificar, suele ser un partido peligroso, difícil. Cuando en realidad, si a capacidades colectivas y cualidades individuales nos atenemos, tendría que ser al revés, en todo caso.
Debate al margen, sobre certezas o errores en aquel concepto, Columbus Crew y CF Monterrey se emparejaron por la razón de las necesidades de clasificar. Especialmente con la urgencia del cuadro regiomontano para lograr el triunfo en casa.
Pero el apuro de CF Monterrey se sostiene en otra banda de calidad. Y por eso salió a apretar a Columbus Crew, apenas entró a rodar la pelota. Y Columbus Crew no se redujo a ser un equipo sparring. Pero prevalecía Mario Hinestroza y el uruguayo Diego Martin Rossi en el manejo de la pelota. Y acompañaba en frente el colombiano Juan ‘Chucho” Hernández.
Iba Columbus Crew, devolvía CF Monterrey. Pero amenazaba más el equipo del Columbus Crew. Porque arriesgaba en todos los sectores. Partiendo por el francés Rudy Camacho, siguiendo con el juvenil Aidan Morris o ‘Chucho’ Hernández, revoloteando con el liberiano Darlington Nagbe y Sean Zawadzki. El esfuerzo atrás del francés Steven Moreira y el empecinamiento del ucraniano Yevhen Cheberko alcanzaron a equilibrar el desarrollo a lo largo y a lo ancho de la cancha.
Pero los campeones defensores de la MLS apuntan a dos frentes y las ‘casacas amarillas’ del estratega Wilfried Nancyapostaron a más. Pero ninguno firmó la tregua. El golazo de Aidan Morris para el empate fue el envión definitivo para pasar de partido a partidazo. No nos quedamos en la observación fría, por la cantidad de pases errados o la falta de conocimientos simples que entregaron algunos protagonistas. Pero rescatamos todo lo otro. Los riesgos asumidos, el temperamento, la actitud, las ganas. Eso, las ganas de ganar.
Conmovía Columbus Crew, porque se notaba que el francés Rudy Camacho no podía trabar la pelota nunca, pero igual encaraba. Más que el resto que transpiraba y transpiraba. Y CF Monterrey, con todas sus limitaciones, le hacía un guiño grande a la dignidad. Querían tocar, querían armar jugadas ofensivas, querían. Eso, querían, pero quedo en eso, solo querían fue el español Sergio Canales que se animó y terminó obligando al meta Patrick Schulte ahogar el grito de gol.
El estratega Wilfried Nancy se emparentó nuevamente con la nueva historia estadounidense. Y el encuentro se hizo casi de ida y vuelta. Con más ida de Columbus Crew, agotando la cuota de oxígeno en cada movimiento. Con ‘Chucho’ Hernández y Diego Martin Rossi como abanderados.
Daba la sensación de que no podían quebrarse pese a los sacudones ante los arcos. Diego Martin Rossi, cuando se presumía un gol local, despachó un remate que concluyó con la pelota al fondo de las redes del meta Esteban Andrada. Era, suponíamos, la certificación de que el 2 a 1 era inmodificable.
Pero ahí andaban los hombres de refresco que entraros para darle el oxígeno a la ‘Tripulación’ Jacen Russell-Rowe y el rumano Alexandru Irinel Matan. Que encaraban a veces y a veces no. Que buscan, aunque no encuentren todos los tiros. Su presencia inquietaba, atemorizaba y hacían subir y bajar la adrenalina de sus custodios regiomontanos. Pero no hay fórmula contra los ‘cracks’. ¡Que no se la conozca, todavía!
Y fue a los 89 minutos del final que Jacen Russell-Rowe tras un pase de Derrick Jones por la banda izquierda y ante la salida del meta Esteban Andrada desde fuera del área remata de zurda para liquidar el encuentro y la goleada 3 a 1 en tierras mexicanas y la euforia total de los 907,971 habitantes de Columbus, Ohio.
A Columbus Crew le queda un encuentro más ante los ‘Tuzos’ del Pachuca en la final de la Copa de Campeones CONCACAF 2024. ¿Le dará el cuero para afrontar la ultima parada? Esa es la cuestión. Por ahora regresa tranquilo a casa. Ya sanó las heridas del alma. Hay que ver si sana las heridas del cuerpo. Esa parece que será su batalla más dura. Dura de verdad y lo tendrá que afrontar el Domingo 2 de Junio ante Pachuca que elimino al Club América.
Y explican que “los jugadores de la ‘Tripulación’ lo van a demostrar/ que salen a ganar / quieren volver a ser campeones…” Son palabras, es cierto, pero palabras que expresan un sentimiento que, en este partido ante Pachuca será totalmente distinta…